Evitando Lesiones (II)

Sed todos bienvenidos todos de nuevo, hoy continuaremos con la lista de protecciones. En el anterior artículo de este tema dejamos por analizar la parte del tronco y las manos.

Continuaremos con las manos, al ser la extremidad que sujeta el arma o en algunas ocasiones desvía golpes o coge hojas suele recibir algún golpe de vez en cuando. Podemos empezar la división entre los guantes que se usan para ropera y para lo que se usan para espada larga o armas igual de contundentes. Los guantes que se suelen usar para ropera son guantes largos que cubren buena parte del antebrazo, están acolchados y resisten unos 350N aproximadamente. al ser más delgados que los usados para armas más “pesadas” permiten coger cómodamente la espada y los dedos y la muñeca queda bien protegida de los tipos de golpes que se propinan en esta disciplina.

Harina de otro costal son los guantes usados para la espada larga, en este caso necesitamos que el guante pueda soportar golpes bastante fuertes. En nuestra experiencia hemos visto que además de los guantes especializados los guantes nos han servido guantes de protección de deportes de contacto como los de lacrosse, los de hockey que también los hemos probado son demasiado aparatosos como para poder tener una buena movilidad. Dentro de los guantes especialmente diseñados para la práctica de la esgrima histórica hay tres vertientes, los que permiten mover los cinco dedos independientemente, otros que dejan juntos el índice y el corazón por un lado y el anular y el meñique por el otro y por último tenemos los que son como una manopla que juntan todos los dedos y el pulgar por su lado. Por supuesto, cuanto más protegidos están los dedos menos movilidad tendremos, se da el caso que los guantes que son como manoplas soportan muy bien los golpes más contundentes pero apenas nos dan opción a poder hacer agarres ya que limitan mucho la apertura dela mano y el movimiento de la muñeca.

De todas formas cada persona suele probar los que mejor les funciona, hay gente que prefiere más movilidad a cambio de una menor protección y otros prefieren ir protegidos a toda costa aunque no tengan tanto juego.

Y hasta aquí llega esta segunda parte sobre protecciones, aún nos queda para analizar el tronco y lo veremos en una futura entrega de esta serie.

¡¡VERTIAS VINCIT!!!

Evitando Lesiones

Sed todos bienvenidos de nuevo;

Hasta ahora hemos hablado sobre todo de armas, pero aún no hemos hablado de qué forma nos podemos proteger frente a esas armas. En nuestra Sala de armas siempre hacemos mucho hincapié en la protección, no debemos olvidar jamás que estamos manejando armas que están diseñadas para matar. Y por ahí podemos empezar, las espadas que usamos son negras, eso significa que no tienen filo ni punta, aunque muchas veces añadimos una cubierta de goma (lo llamamos botón) a las puntas para evitar que las estocadas sean directamente con el metal. Respecto a las protecciones del cuerpo podemos comenzar por la cabeza, en este caso usamos caretas como las de esgrima deportiva, pero la rejilla que protege la cara soporta hasta 1600 Newtons. Con esa resistencia evitaremos que las estocadas que van dirigidas a la cara puedan romper o deformar la rejilla y lleguen a impactarnos en el rostro. Como complemento a la careta usamos un protector occipital, esta pieza nos protege la parte trasera de la cabeza y la nuca, suele haber dos versiones; una que solo se encaja en la parte trasera y se engancha a la máscara y otra que se pone como una capucha que además de proteger la zona occipital añade un extra de protección a los laterales y parte superior de la máscara.

Una vez que tenemos la cabeza protegida pasamos al cuello. Aunque las máscaras suelen tener un pequeño faldón que protege el cuello no es muy grueso y apenas protege frente a los golpes y estocadas, debido a eso utilizamos un gorjal. Es verdad que al principio puede ser incómodo, pero es mejor estar un poco incómodo a recibir un mal golpe que pueda hacernos daño.

Con vuestro permiso de momento nos saltaremos la zona del cuerpo, que puede ser muy extensa y la trataremos luego y pasaremos al tren inferior. En este caso las protecciones son bastante sencillas, para proteger la zona de los muslos tenemos dos opciones, la primera son pantalones acolchados en la zona de los muslos y la segunda una pequeña falda también acolchada que protege la misma zona. Cada uno escoge la protección que más comodidad le de a la hora de moverse. Estas protecciones nos servirán para soportar mejor estocadas y golpes dirigidos a las piernas. Seguimos en la zona de los muslos, pero en una zona más centrada; la siguiente protección es la coquilla y no es solo para los hombres, las hay para mujeres. Parece una tontería pero no lo es en absoluto, en mitad de un combate siempre se puede escapar algún golpe o estacada hacia esa sensible zona y es mejor protegerla, ya no solo para evitarnos el dolor del golpe si no más bien para evitar alguna lesión grave en la zona. Y la última protección en las piernas son las espinilleras, nos protegen la zona de la tibia hasta las rodillas, es verdad que en esa zona (al menos durante los entrenos) no es común que haya golpes en esa zona, pero es mejor ir protegido a lamentar una lesión por no haber llevado la protección pertinente. La verdad es que esta protección no tiene mucho misterio, es un acolchado recubierto de un material plástico resistente a los impactos, hay algunos miembros de sala que usan una versión ligera y otros que usan protecciones de hokey, que son muy robustas, pero un poco aparatosas. Como en el caso de los pantalones acolchados y la falta, es cuestión de gustos.

Hasta aquí la primera parte sobre las protecciones en esgrima histórica. En un futuro artículo hablaremos de las protecciones en el tronco, brazos y manos.

¡¡¡VERITAS VINCIT!!!