Danza y esgrima

Algunas veces nos encontramos en las clases de esgrima haciendo comparaciones entre los movimientos que hacemos y los que se llevan a cabo en la danza. Cualquier esgrimista que quiera mejorar tiene que ser capaz de controlar los pies, los movimientos del cuerpo y el equilibrio, y eso también hay que hacerlo si uno quiere danzar con cierta elegancia. Hoy me gustaría analizar de forma superficial el libro Discursos sobre el arte del danzado (1642) de Juan Esquivel, pues en él encontramos algunos términos relacionados con la Verdadera Destreza. El libro se divide en las siguientes partes:

Orígenes del danzado

Después de los folios dedicados a la aprobación y licencia del ejemplar, Esquivel ofrece diferentes teorías de la invención del danzado. Entre ellas aparece Pirro (hijo de Aquiles), quien, supuestamente, entrenaría a sus guerreros por medio de la danza. Cita a Antonio de Obregón, capellán de Felipe II, exponiendo que el arte del danzado, entre otros beneficios, da fuerza a las piernas y ligereza. Alaba a Felipe IV, que es bueno en todo y también buen danzarín y guerrero. La utilidad de la danza para fortalecer las piernas volverá a salir más adelante.

Movimientos del danzado

Empieza mencionando que son los mismos que en las armas: accidental, extraño, transversal, violento y natural, marcando cómo deben moverse los pies. Sigue nombrando los movimientos que se encuentran en la danza y cómo hay que llevarlos a cabo. Hay que decir que, entre las 31 entradas que tiene esta parte, no se hace referencia a los cinco movimientos que encontramos al principio más que tres veces, un 10% de ellas.

Antes de citar literalmente los tres fragmentos donde se mencionan los movimientos del inicio de esta sección, me gustaría comentar que también encontramos referencias a compases mayores y menores. En este caso, no parece referirse al desplazamiento de los pies, sino más bien a cómo está organizada la música para hacer un movimiento u otro. Según el Diccionario de Autoridades, en un compás mayor la máxima dura cuatro compases y en un menor dura ocho (uno implica una música más rápida que el otro).

Paso a citar a Esquivel. El primer fragmento lo encontramos en el recto del folio 13 «los Bazios son unos movimientos violentos y naturales […] violentos porque se levanta el pie con violencia y natural porque […] se baja naturalmente el pie». Siendo un poco redundantes, el movimiento violento se llama así por violentar las leyes de la natura (gravedad) y el natural porque sigue esas leyes. Como en Destreza.

Segundo fragmento, recto del folio 15, «sin doblar las rodillas […] en los pasos extraños y retiradas» y el tercero en el recto del 21 musical «cuatro pasos accidentales […] siete pasos extraños». En este caso, los pasos accidentales, irían hacia adelante y los extraños, hacia atrás.

De cómo han de enseñar los maestros

Los maestros deben de tener una escuela, cobrar el mes por adelantado y ser puntuales. También establece el protocolo a llevar a cabo en los bailes improvisados.

Actitud dentro de las escuelas

En las escuelas no sólo se aprende a bailar, también cortesía y compostura. Además, cuando no se está bailando se habla «de la destreza de las armas, de la Gramática, de la Filosofía y de todas las demás habilidades que los hombres de buen gusto profesan» (f. 34v) Al final comenta la relación entre la danza y los juegos de armas: «Ha habido muy pocos que dancen que no hayan frecuentado las armas; porque como se hallan diligentes y prestos de pies, y con fuerza en las piernas. […] El danzar y el juego de armas los tengo por hermanos, porque ambas cosas en un sujeto se dan muy bien las manos. Y en este tratado podría yo poner muchos diestros de ambas habilidades». (f. 35r)

Las propiedades de los maestros de danza

Tienen que estar bien aseados, ser corteses, rectos y galanes, entre otras. Se vuelve a relacionar el ser buen danzante y tener destreza en las armas.

Las últimas dos secciones las comentaré aquí brevemente. Una explica el protocolo de los retos de danza y de cómo hay que estar preparado por si terminan en pelea. La última es una relación de buenos danzantes y maestros.

Reflexión

Una justificación de esta coincidencia en los términos para designar los movimientos podría ser que la danza y la esgrima llegan a una convergencia, ya que existen evidencias de danzas guerreras desde la Antigua Grecia (danza pírrica). A pesar del romanticismo de esta idea, personalmente, me decanto por el que se esté aprovechando el vocabulario existente para algunos movimientos en la esgrima para etiquetar a los de la danza, en este caso: hacia adelante, hacia atrás, arriba, abajo y a los lados.

Los motivos son los siguientes:

  • Las definiciones sólo relacionan estos términos con la esgrima. Al buscar la definición de las palabras extraño, transversal, accidental, violento y natural en el Diccionario de Autoridades (no aparecen en Covarrubias hasta donde he podido ver), se relacionan con el arte gladiatora, pero no con la danza.

  • Esquivel ya nos dice que esos movimientos coinciden con los de las armas. Sería mucho más practico utilizar unas palabras que ya designaban unos movimientos similares a buscar otras diferentes. Los danzantes solían tener conocimientos de esgrima, mucho mejor utilizar unos términos conocidos.

  • No aparecen las palabras en escritos de danza anteriores o posteriores. En Las reglas del danzar (s. XVI), El libro de danzar de Don Baltasar Rojas Pantoja compuesto por el maestro Juan Antonio Jaque (s. XVII?) y El arte de danzar a la francesa (1737?) no hay menciones a movimientos llamados accidentales, violentos…

Es muy probable que Esquivel utilizase esos nombres por economía de términos, sin quedar vinculados al vocabulario de la danza, mientras que sí tienen una continuidad a lo largo de los diferentes tratados de destreza.

No he encontrado evidencias de una convergencia entre la danza y la esgrima a pesar del uso de las mismas palabras en el tratado de Esquivel y en la Verdadera Destreza, pero está claro que el ejercicio de la danza era beneficioso para el juego de las armas, como se ha comentado más arriba. Además, ambas disciplinas necesitan de un control de pies, el tiempo y las distancias para una mejor ejecución.

Bibliografía:

Covarrubias, Sebastián de. Tesoro de la lengua castellana o española. Madrid: 1610. Disponible en: https://archive.org/details/tesorodelalengua00covauoft [Última consulta: 30/01/2021]

Diccionario de Autoridades. Madrid: 1726-1739. Disponible en: https://webfrl.rae.es/DA.html [Última consulta: 30/01/2021]

Esquivel, Juan de. Discursos sobre el Arte del Danzado. Sevilla: 1642.

Priasco, Susana Antón. “‘REGLAS DEL DANZAR’: EDICIÓN DE UN MANUSCRITO ESPAÑOL DE DANZA DEL SIGLO XVI.” Revista De Musicología, vol. 21, no. 1. 1998. pp. 239–245.

El libro de danzar de Don Baltasar Rojas Pantoja compuesto por el maestro Juan Antonio Jaque (s. XVII?) (manuscrito)

Minguet, Pablo. El arte de danzar a la francesa. Madrid: 1737? Disponible en: https://www.loc.gov/resource/musdi.118.0/?sp=1 [Última consulta: 30/1/2021]