Jaume Pons de Perpiñan

El tema de hoy será corto, no por ser vagos (que también), si más bien por la falta de información sobre el tema que os presentamos a continuación

Cuando hablamos de autores españoles conocidos en el mundo de la esgrima histórica salen a relucir por ejemplo, Luis Pacheco de Narváez y Jerónimo Sánchez de Carranza. Por desgracia anterior a estos dos maestros de la esgrima histórica en España no se sabe apenas nada.

Para poder poner un poco más de luz en este erial de maestros de esgrima hoy os presentamos a: Jaime Pons de Perpiñán. Pocos datos se tienen de este maestro, más allà de que nació en Mallorca en el siglo XV  para luego más tarde irse a vivir a Perpiñán. Dado que hay pocos datos de este hombre se le ha cambiado mucho el nombre durante los años: Jacobus Pons, Jayme Pons, Jaime Ponz,… Algunos autores lo denominan Joan o “Juan”, incluso se ha llegado a modificar el apellido por Ponce, lo cual puede complicar aún más la búsqueda de información sobre este hombre.

Por desgracia no se conserva ninguna copia original sobre sus enseñanzas y todo lo referente a las técnicas indicadas en ese manual sólo las podemos deducir a partir de referencias de otros autores. En el tratado que publicó originalmente en 1474 sobre esgrima trataba armas como la espada y broquel, el montante, espada y daga, espada y capa, daga sola, desarmes (incluyendo uno llamado “ala de codorniz”) y espada contra lanza. Se considera que es el tratado más antiguo sobre esgrima de un autor español.

¡¡¡ VERTIAS VINCIT!!!

Ilusiones infantiles

Que levante la mano el que nunca haya jugado con espadas de juguete y en esa categoría entran las ramas o palos que encontrábamos por el campo. Que levante la mano quien después de haber visto alguna película de caballeros andantes de brillante armadura no haya fantaseado con blandir una de esas poderosas espadas que mataban enemigos con solo mostrarles el filo. También podríamos incluir en estos grupos a las personas, niños y no tan niños que jugando a rol quería sentir el acero en sus manos para poder meterse aún más en el personaje. Yo soy uno de esos niños y viví todas esas situaciones e ilusiones. Jamás pensé que pasados unos años (no diremos cuantos para no deprimirme) podría aprender que todo lo que vi, o casi todo, era “falso”. Lo primero que descubrí al empezar aprender esgrima histórica fue que las espadas no se cogen como se enseña en las películas o cómics (ingenuo de mi…) pero eso no hizo más que querer aprender aún más, quería averiguar en que más estaba equivocado y aprender como era realmente eso de blandir espadas.

Ya han pasado unos 6 años desde que recibí mi primera clase y puedo decir que he aprendido mucho, pero sigo con la misma ilusión de aquel niño ingenuo, pero con la consciencia de que ahora parece que se lo que hago con la espada en la mano. Es fascinante ver como cada día aprendes una cosa nueva y comprendes porque esa técnica o guardia a la que no le veías ningún sentido de repente se ilumina ante ti y descubres su significado. Pero hay que ser consciente que esa epifanía solo es el principio, a partir de ese momento sólo quieres utilizar esa técnica una y otra vez para probarte y probarla, para ver en que condiciones funciona y contra quien te es más efectiva.

A partir de ahí aparece de nuevo aquel niño con unas ganas locas de jugar con su juguete nuevo. Cuando en la clase se prueba algo nuevo y empieza a salir y a funcionar empiezan a brotar sonrisas de satisfacción y de ilusión. Empezamos a parecer niños pequeños de nuevo queriendo jugar más y más. Somos todos adultos y ya cargamos con unos años a nuestras espaldas y articulaciones, pero aún así ese niño sigue apareciendo cuando empuñamos un arma.

¡¡¡VERITAS VINCTI!!!