Las prisas son malas consejeras

Buenos días a todos. Se que hace mucho tiempo que no subimos nada, aunque solemos tener muchas cosas entre manos no es excusa para no haber dado señales de vida en nuestra página web. En cambio si seguís nuestras redes sociales solemos ir actualizando el estado de nuestros entrenamientos y alguna cosa más.

Bueno al lío, hoy quería hablaros de algo que me he fijado que pasa con los alumnos nuevos y cuando se empieza una disciplina nueva, hay prisa por combatir. En cuanto algún alumno empieza a tener un poco claros algunos de los conceptos básicos, sin dominarlos o a veces sin acabar de entenderlos ya quiere hacer combates dándolo todo. Estas ganas son admirables, pero también peligrosas, podemos cometer el error de acentuar los malos vicios y errores que si no trabajamos en ellos pueden quedarse grabados y más adelante serán aún más difíciles de corregir.

También es verdad que sin practicar no se avanza y sin realizar combates de entrenamiento no mejoraremos y no podremos ver donde cometemos errores. Además combatir nos ayuda a ver en qué puntos podemos destacar y crear así estrategias que se adapten a nuestras capacidades y preferencias. La tarea de los instructores es la de ayudar a los alumnos a mejorar y corregir los errores que vean en nuestros movimientos y guardias, pero también debemos de ser autocríticos y buscar siempre donde podemos mejorar y que podemos corregir.

Estos problemas con las prisas se pueden agravar si empezamos todos con un arma nueva. A todos nos ilusiona y nos apetece aplicar lo aprendido cuanto antes en un combate. Pero nos encontraremos con el problema de que no hay dominio alguno de las posturas, de las guardias ni de las dinámicas para estas armas nuevas. Nos pasó en su momento cuando empezamos con la lanza según Meyer y nos está pasando ahora que hemos empezado con la punta y corte según el mismo autor. Deberemos pasar por un proceso “doloroso” durante las primeras semanas para aprender algo desde casi cero y no poder empezar a probarlo, hemos de aprender las bases muy bien y han de quedar bien fijadas para que cuando estemos en el fragor del combate los movimientos y posturas no se queden solo en “ligeramente inspirados” en lo que debería ser realmente. Hemos de encontrar el equilibrio entre practicar los ejercicios con los compañeros para conseguir memoria muscular y comprender realmente qué estamos haciendo y empezar a combatir para poner en práctica lo aprendido.

¡¡¡VERITAS VINCIT!!!

Jaume Pons de Perpiñan

El tema de hoy será corto, no por ser vagos (que también), si más bien por la falta de información sobre el tema que os presentamos a continuación

Cuando hablamos de autores españoles conocidos en el mundo de la esgrima histórica salen a relucir por ejemplo, Luis Pacheco de Narváez y Jerónimo Sánchez de Carranza. Por desgracia anterior a estos dos maestros de la esgrima histórica en España no se sabe apenas nada.

Para poder poner un poco más de luz en este erial de maestros de esgrima hoy os presentamos a: Jaime Pons de Perpiñán. Pocos datos se tienen de este maestro, más allà de que nació en Mallorca en el siglo XV  para luego más tarde irse a vivir a Perpiñán. Dado que hay pocos datos de este hombre se le ha cambiado mucho el nombre durante los años: Jacobus Pons, Jayme Pons, Jaime Ponz,… Algunos autores lo denominan Joan o “Juan”, incluso se ha llegado a modificar el apellido por Ponce, lo cual puede complicar aún más la búsqueda de información sobre este hombre.

Por desgracia no se conserva ninguna copia original sobre sus enseñanzas y todo lo referente a las técnicas indicadas en ese manual sólo las podemos deducir a partir de referencias de otros autores. En el tratado que publicó originalmente en 1474 sobre esgrima trataba armas como la espada y broquel, el montante, espada y daga, espada y capa, daga sola, desarmes (incluyendo uno llamado “ala de codorniz”) y espada contra lanza. Se considera que es el tratado más antiguo sobre esgrima de un autor español.

¡¡¡ VERTIAS VINCIT!!!